La torre vieja
En este mismo diario (21.06.09), constan algunos datos de la futura Torre de la Gerencia de Urbanismo, ahora Banco Cívico, antes Cajasol y al principio Pelli.
La transformación del nombre refleja la historia del proceso al cual ha estado sometida la construcción de uno de los edificios más cuestionados de Sevilla por catedráticos universitarios, intelectuales, artistas, arquitectos y críticos de arte, nacionales e internacionales además de numerosas organizaciones civiles reunidas en la plataforma
http://ciudadaniacontralatorrepelli.blogspot.com.
La explicación se encuentra en los referentes publicados a partir de la adjudicación del premio otorgado en un concurso cerrado. La mayoría del jurado estuvo constituida por personas con muchos conocimientos financieros y compromisos partidistas pero sin conocido compromiso con Sevilla. Desde el inicio la construcción de la marca (el branding), del inmueble Torre Cajasol, ha prescindido de algunas consideraciones elementales del marketing. De eso también trata una operación inmobiliaria pero, sus dueños y promotores quizá consideraron que ya tienen garantizado el suficiente lucro: sólo con la consecución del doble de edificabilidad prevista por el PGOU ya han duplicado el valor del suelo incluso antes de construir la torre y aún más: según el alcalde Zoido en caso de suspender la obra, el Ayuntamiento tendría que darles una indemnización de €200 millones de euros. Sería insólito e incluso absurdo que ello sucediera porque fue el mismo Ayuntamiento que otorgó la licencia de construcción para el rascacielos. Aprovechó que el delegado provincial de Cultura hubiese cambiado su original opinión porque decidió lavarse las manos.

Las "cien empresas de alto standing interesadas en alquilar oficinas en dicho edificio" (según sus promotores), ahora ya saben que corren el riesgo de quedar vinculadas por sus clientes sevillanos e internacionales, a un marchamo condenado por la Unesco porque atenta contra el Patrimonio de la Humanidad, es insostenible, anti-ecológico e incluso carece de un plan de movilidad y accesibilidad. Además un posible helipuerto sería objetado por la Dirección de Aviación Civil.
Los bloques en altura surgieron como un símbolo de la revolución técnica en Chicago. El primero fue de 42 metros de altura (1885-1931). Como simple estructura metálica se levantó en París, coincidiendo con el centenario de la Revolución Francesa (torre Eiffel, París 1889, 312 + 12 metros). Se trataba de demostrar cuánto ofrecía la modernidad, hasta qué punto podía desafiar la ley de la gravedad. Recogiendo este argumento de manera tardía durante el franquismo, en Sevilla después de una enconada discusión se construyó la Torre Los Remedios (61 metros) que ahora, contrariamente a lo que se dijo, no significa nada. Había nacido vieja. Actualmente hasta los pueblos se precian de tener altas torres: Los Barrios 126 metros; Fuengirola 70 metros. etc. pero, no por ello creen tener un símbolo de modernidad sino cuando más un referente visual incrustado en el paisaje.
Tal parecería ser también el destino de la futura Torre de la Gerencia de Urbanismo o de alguna Consejería de la Junta. Nacerá vieja y tampoco será un símbolo de nada y perjudicará el paisaje. Los cambios tecnológicos aumentan su vertiginosa velocidad: nuevos materiales, diseño paramétrico, autosuficiencia energética, etc.. Los rascacielos más altos, y con frecuencia feos, se encuentran en Dubai (828 metros), en La Meca (601 metris), etc; el más ostentoso en los Emiratos Árabes (420 metros), cada planta se mueve a la velocidad que escogen los inquilinos; el más caprichoso: un rascacielos-hotel con piscina al aire libre ubicada a 200 metros de altura. El más sostenible se levantará en París: el Project Triangle (180 metros) y la Torre Señal (301 metros), con energía eólica y solar que las harán autosuficientes.
Debido a la opacidad de los convenios y de la tramitación, el Ayuntamiento ha puesto a Sevilla en peligro de ser borrada del Patrimonio de la Humanidad y, por otra, de reconocer una legalidad que de ninguna manera da-rá legitimidad cultural y cívica a la Torre que nacerá vieja. La Gerencia de Urbanismo y los promotores de la torre deberán ha-cer público el plan de movilidad y accesibilidad. En caso contrario deberán redactarlo con urgencia y ponerlo en consulta pública.
La Junta niega tener cualquier competencia en la Torre Cajasol
La delegación de la Unesco cierra su visita a la ciudad de Sevilla con una inspección sobre el terreno de los monumentos declarados Patrimonio Mundial.
Luis Sánchez-Moliní / Diario de Sevilla 10.11.2011
El Consejero de Cultura, Paulino Plata, dejó ayer claro que no piensa pagar ningún plato roto en el hipotético caso de una paralización de las obras de la Torre Cajasol. Durante una visita a los talleres del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, en el Monasterio de la Cartuja, Plata aseguró que la Junta de Andalucía no tiene "ninguna competencia" sobre la Torre Cajasol, ya que se está construyendo fuera de un conjunto monumental, que es lo que exclusivamente le compete a la administración andaluza según la Ley del Patrimonio Histórico de Andalucía, según el consejero.
Plata, además, se negó a valorar una posible responsabilidad de la Junta como protectora del entorno de bienes culturales como, por poner un ejemplo, el Monasterio de la Cartuja. La Ley del Patrimonio, en su artículo 28, establece que "el entorno de los bienes inscritos como de interés cultural estará formado por aquellos inmuebles y espacios cuya alteración pudieran afectar a los valores propios del bien de que se trate, a su contemplación, apreciación o estudio, pudiendo estar constituido tanto por los inmuebles colindantes inmediatos, como por los no colindantes o alejados". Sin embargo, quitó importancia a esta cuestión diciendo que "ese tema está por elaborar, todavía no hay una línea de trabajo".
Asimismo, el consejero de Cultura aseguró que ningún alto cargo de la Junta se ha reunido con la delegación de la Unesco formada por José Aguiar y Elvira Petroncelli, que ayer finalizaron su visita a Sevilla con una inspección técnica sobre el terreno del triángulo formado por el Real Alcázar, el Archivo de Indias y la Catedral, los monumentos declarados como Patrimonio Mundial, marca que podría peligrar si la Unesco decide que la Torre Cajasol (un rascacielos de 178 metros situado en el extremo sur de la Cartuja) supone una agresión para estos bienes culturales, situados a 1,5 kilómetros del inmueble diseñado por el arquitecto norteamericano de origen argentino César Pelli. "Los únicos miembros de la Junta que se han reunido con la delegación de la Unesco son técnicos de Cultura", dijo Paulino Plata.
Con sus declaraciones de ayer, Paulino Plata volvía a contestar negativamente a la carta remitida el pasado 22 de septiembre por el alcalde de Sevilla, el popular Juan Ignacio Zoido, al presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, y a la ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, y en la que les reclamaba la corresponsabilidad de las tres administraciones en el caso de que se tuviesen que paralizar las obras de la Torre Cajasol.
En dicha carta, Zoido les preguntaba directamente a los dos políticos socialistas qué actuaciones están llevando a cabo para evitar que corra peligro la calificación de Patrimonio Mundial para los tres monumentos y qué obligaciones y responsabilidades pesan sobre ellos como administraciones competentes en materia de protección del patrimonio histórico. Paulino Plata contestó ayer muy claramente: ninguna.
Eso sí, el consejero de Cultura de la Junta de Andalucía mostró su "absoluta" confianza en que Sevilla no perderá su calificación de Patrimonio Mundial. Además, pidió a los miembros de la Unesco que "sean objetivos, hagan un buen trabajo y miren por los intereses de Sevilla". "No quiero ser imprudente. Es una misión técnica y hay que tratar de no dar ninguna opinión cruzada", concluyó un optimista Paulino Plata.