martes, 19 de octubre de 2010

OTRA SEVILLA ES POSIBLE, TENGAMOS ESPERANZA.

Transcribimos en nuestro blog una interesante entrevista a Jaime López de Asiaín, joven arquitecto de ochenta años, con una gran trayectoria profesional y una honestidad a toda prueba, sus críticas a la Sevilla sectaria, aparatosa y cateta de estos últimos años, coinciden con este blog. Recordemos que Jaime López es uno de los primeros firmantes del manifiesto contra la torre Cajasol.



Saludos: Fernando Mendoza



"Los que eligieron las 'setas' están ahora arrepentidos"
Diario de Sevilla  17octubre 2010

Es uno de los expertos mundiales en la arquitectura bioclimática, se mofaban de él hace 40 años pero ahora son requisitos de obligado cumplimiento los principios que ha contribuido a fijar con sus investigaciones aplicadas, como el innovador edificio que construye en la Cartuja para sede de la Agencia Andaluza de la Energía


PRÓXIMO a cumplir los 80 años, sigue en plena actividad tanto en Sevilla como a nivel internacional. Casado con la arquitecta Pilar Alberich, tienen su estudio y su hogar en un callejón incrustado en la calle Placentines como trasera del Palacio Arzobispal. Un lugar que encontraron abandonado e infecto hace diez años, lo han convertido en un oasis de silencio y luz, sin necesidad de consumir aire acondicionado, el que tanto se derrocha y vierte hacia las calles frío en invierno y calor en verano para perjuicio del viandante. La otra vivienda resultante del proyecto es de la actriz María Galiana, entrañable amiga de ambos. Tienen dos hijas, la mayor también colabora con ellos y cuenta en su haber con un premio nacional de investigación.

Jaime López de Asiaín nació en Madrid. De padre y hermano mayor arquitectos, lleva 50 años en la profesión y en la docencia, los mismos que cumple la Escuela Superior de Arquitectura de Sevilla, de la que fue miembro del equipo fundador y director. También fundó y dirigió la de Las Palmas, donde vivió de 1973 a 1979. Obtuvo el Premio Nacional de Arquitectura en 1969 por el Museo Español de Arte Contemporáneo en Madrid. Es impulsor y autor de muchos libros y estudios, "aunque parezca mentira, casi todos editados fuera de España, mientras que aquí apenas son consultados. Nos rodean muchos arquitectos ceporros", se lamenta.

En Sevilla son numerosas sus aportaciones. Ganó en 1964 el concurso para la ordenación de las márgenes del Guadalquivir, sólo se hicieron los jardines de Chapina y el Paseo de la O. Es autor de la adaptación del Pabellón Plaza de América a Escuela Superior de Ingenieros, en la isla de la Cartuja, donde dirigió para la Expo 92 toda la experiencia del microclima en espacios públicos. Y ahora dirige la construcción, en la parcela donde estuvo el Pabellón de Alemania, de un edificio que va a ser una referencia en arquitectura bioclimática: la sede de la Agencia Andaluza de la Energía.

-¿Qué tiene de innovador?
Con una envolvente de placas para captar energía, tendrá un 60% menos de gasto en el consumo energético en comparación con los habituales edificios de oficinas. Y el 75% de la energía que necesite será producido por el propio edificio. Además, será bueno como espacio habitable. En el concurso colaboramos para hacer el proyecto con el estudio de César Ruiz Larrea y con el Cener. Y lo construye una UTE entre GEA 21 y Abengoa. El diseño de los lucernarios mocárabes que hemos diseñado para los patios, con un tipo especial de policarbonato que deja pasar la luz pero no el calor, forma parte de una exposición sobre estos temas que se inaugura en breve en París.

-¿Cómo desarrolló su vocación hacia este tipo de arquitectura?
En 1964 fundé en Sevilla la cátedra de Arquitectura Viva. En 1971 me fui a Berkeley de profesor visitante y allí colaboré con uno de los genios del momento, Christopher Alexander, quien me aceptó en su equipo. Eran muchas las experiencias que ya había entonces en California de lo que ahora se llama bioclimatismo. Me gusta cómo ha aguantado el paso del tiempo mi edificio para la Escuela de Ingenieros Industriales en Sevilla. Un edificio blanco, con patios y jardines, era cosa inusitada para una facultad universitaria. Con un muro de celosía mirando al sur y que tiene unas piezas cuya geometría se estudió de tal manera que el sol entrase más a partir de octubre y menos desde primeros de mayo. Así toda la zona a la que cubría tenía sol en invierno y sombra en verano.

-La palabra sostenible no era una cantinela como hoy en día.
En la arquitectura sevillana, cuando se hablaba de estos temas, se burlaban y decían: "Bah, éstas son las cosas de Jaime". Y ahora todos lo enuncian, aunque sea mintiendo para aparentar. Llevo 30 años intentando convencer a los profesores de arquitectura para que tengan en cuenta el medio ambiente en sus enseñanzas. He representado 15 años a España en la Agencia Internacional de la Energía para el desarrollo de estos temas. He participado en la elaboración de programas de la Comisión Europea, y ahora estoy implicado, dentro del desarrollo del Espacio Europeo de Educación Superior (Bolonia), en un programa para la formación medioambiental del arquitecto. Participan universidades de Alemania, Gran Bretaña, Italia, Hungría y mi equipo en Sevilla del SAMA (Seminario de Arquitectura y Medio Ambiente).

-¿Llegará a materializarse tanto bla, bla, bla sobre la ecoeficiencia?
Soy optimista porque se va a imponer la necesidad.

-¿Por qué no se aprovecha en los barrios de Sevilla la experiencia de la Expo 92 y su microclima?

Es asombroso. Por todo el mundo me siguen pidiendo que hable de ese proyecto exitoso, y qué poco se ha leído en Sevilla el libro que detalla todo el proyecto, su ejecución y sus resultados. Fue un trabajo en equipo formidable y muy serio, con las cátedras de Valeriano Ruiz y de Ramón Velázquez en Ingenieros materializando los elementos. Desde el punto de vista de arquitectura y espacio urbano abierto es un ejemplo que hizo historia. Pero la indolencia de Sevilla es tal que hasta se ha dejado robar infinidad de pérgolas.

-Pero algo se habrá hecho.
Soledad Becerril, cuando fue alcaldesa, encargó un estudio para convertir en pequeños parques estos típicos espacios sin uso que hay en los barrios construidos en los años 60 y 70, donde sobre el papel se pintaba un parque pero nunca se hacía. Hicimos el estudio y un ejemplo real, entre el Tiro de Línea y Felipe II. Una pequeña parcela que ahora es una maravilla y los vecinos miman. Como ése se iban a hacer veinte. Pero no se ha hecho ni uno más. Y es algo bien barato.

-¿De qué se siente más satisfecho?
Quizás de los centros educativos que hicimos en Mairena del Aljarafe. Un trabajo al que se dedica un capítulo entero en el manual de construcción de escuelas que promovió la Comisión Europea. La Consejería de Educación tenía un modelo de escuela con edificio único, largo y tétrico pasillo interior, y a un lado aulas orientadas al sur con buena luz y al otro aulas hacia el norte con mala orientación. Propusimos un modelo que, aprovechando los mismos metros cuadrados, separara el edificio en dos partes. Así tenían todas las aulas buena luz solar, buena ventilación, y espacios intermedios con arbolado, etcétera. Nos costó un mundo convencer a los arquitectos de la Junta, y al final tragaron.

-¿Ese modelo se ha repetido en más centros por Andalucía?
No. Le siguieron encargando esas cosas a los amiguetes. Muchos fueron alumnos míos y ni vinieron a vernos para aprender de la experiencia ni fueron a ver los colegios que habíamos construido.

-Ignorar los avances es una forma de corrupción intelectual.
Y la arquitectura y los arquitectos también tienen su parte de culpa en la corrupción material.

-¿Hay una arquitectura política?
Es la fantasmada de los políticos que quieren ser famosos fichando a otros que son falsos famosos. Porque muchos arquitectos que están de moda no van a pasar a la Historia. Al contrario, pasará a la Historia cómo se demolieron o degeneraron los edificios. Hay muy poca reflexión de calidad sobre arquitectura y urbanismo. En Sevilla, el equipo dirigido por Fustegueras lo hizo muy bien y el resultado es un PGOU bueno. Pero no tienen prerrogativas suficientes para obligar a los malos arquitectos y a los malos alcaldes a hacer las cosas bien. Y así nos va.

-Ponga un ejemplo.
En el solar donde se quiere hacer la Torre Pelli, el PGOU faculta una edificabilidad que, repartida en varios bloques, también permite hacer un conjunto de construcciones como las de Abengoa en Palmas Altas. Pero no, el señor Pulido y el señor Monteseirín quieren tener su pirulí fálico y cargarse el perfil del valle del Guadalquivir.

-Su parecer sobre la Encarnación.
Lo de las setas es un desastre. El concurso iba a contar con un jurado de valía: Zaera, Moneo, etcétera. Pero todos se excusaron y mandaron a subalternos. El Ayuntamiento aceptó eso, insólito. Y los jurados sevillanos, como el decano del Colegio de Arquitectos, Ángel Díaz del Río, Víctor Pérez Escolano y otros, se quedaron embelesados con los preciosos dibujos que presentó Jürgen Mayer y le dieron el premio. No se dieron cuenta de la barbaridad que habían premiado, de la que ahora se arrepienten.

-¿Qué futuro le augura al Parasol?
La madera, por mucha protección que tenga, no va a durar en buenas condiciones más de 10 años. La madera no es material adecuado para el clima de Sevilla, ni es sostenible ni es bioclimático. Ya se sabe lo que le ha pasado después de la Expo 92 a la madera del Pabellón de Chile, y a la del Pabellón de Fïnlandia. Pero lo de la Torre Pelli me preocupa más, es muy difícil que la Unesco pueda pararla.

-¿Quiénes destacan entre los jóvenes arquitectos sevillanos?
Es una ciudad con 20 ó 30 arquitectos buenos. Los consagrados, todos amigos míos, no tienen interés alguno por los temas medioambientales. Entre los jóvenes, que sí lo tienen, destaco a los que forman los estudios La Panadería, Mediomundo o República DM, con David Cañavate, Marta Pelegrín, Víctor Moreno, Rafael Herrera...


































2 comentarios:

Fernando Mendoza dijo...

Ole por las personas valientes que dicen lo que piensan. En esta cobarde ciudad, en que nadie quiere señalarse por temor a represalias del poder, Jaime López es una brisa fresca. A nuestros disparatados políticos les sonará a chino: Una persona con sentido común y que lucha por el interés general es aquí un marciano. !Enhorabuena, Jaime, y que nos dures muchos años más.

Anónimo dijo...

Veremos que hace el nuevo gobierno de Zapatero con la torre. Por lo que parece no estaban de acuerdo antes y si el gobierno es tan progresista como dicen, lo estará menos ahora. Ya saben, a cesar a MONTESEIRIN Y PULIDO y se acabó el problema.!Animo valienes, que está tirao!