Traemos a nuestro blog el único debate televisivo que se ha llevado a cabo, hasta ahora, sobre la torre Cajasol. Se llevó a cabo en Onda Giralda, la televisión municipal. La elección de los participantes no fue casual: tres a favor y uno en contra. Eso se llama “imparcialidad” tal y como corresponde a una emisora cuya función principal es la propaganda del equipo de gobierno y del partido político que, hasta ahora, lo sustentaba.
Para un observador exterior al debate es evidente la prepotencia, arrogancia y suficiencia con que hablan los defensores del proyecto. Al ser financiado con fondos de una Caja de Ahorros que, por supuesto, no son suyos sino de sus clientes y depositantes, están seguros de que no habrá quien lo pare, planteando desde el comienzo una política de hechos consumados que se basa en la lentitud de la Justicia y en el viejo proverbio “el que da primero, da dos veces”. La torre es un capricho megalómano, existen soluciones alternativas respetuosas con el paisaje y el momento actual de la cultura arquitectónica está por soluciones sostenibles e integradas en su entorno. Consideremos el caso del complejo de Abengoas Palmas Altas, expuesto por el señor García-Tapial en el debate.
De los argumentos a favor de la torre, ninguno que merezca mención. Los defensores de la torre insisten en que “han ganado la batalla del paisaje”. Esto mismo repite en el debate un participante que fue miembro del Comité de Expertos del Ministerio de Cultura, el señor Montaner, que suscribió el siguiente párrafo de sus conclusiones:
Su memoria parece ser muy corta. Recordemos que el señor Montaner está detrás, directa o indirectamente, de las dos mayores agresiones paisajísticas al espacio fluvial conocido como Puerto de Indias: el gran cilindro de Torretriana y el volumen, fuera de escala y contexto , del restaurante Abades-Triana.
En el quinto punto pide al Gobierno Español “reconsiderar el actual proyecto para evitar cualquier impacto posible adverso sobre el valor excepcional universal del bien”, mientras que, en el último punto, la Unesco también solicita a España que presente al Centro del Patrimonio Mundial, “hacia junio de 2011”, un informe sobre el estado de conservación del bien (los monumentos declarados Patrimonio Mundial ) y sobre “los pasos tomados en orden a evitar cualquier posible impacto adverso”. Este informe se examinará en la reunión del Comité del Patrimonio Mundial de 2011 y, estamos seguros, no será favorable a la torre.
Otro argumento que se repite constantemente por sus defensores es que “la torre es legal”. No parece ser de la misma opinión la Dirección General de Inspección de la Consejería de Obras Públicas y Vivienda y los argumentos del señor García-Tapial refuerzan este criterio: en lugar de haber incluído la torre en el Plan General con todas sus consecuencias, la han ocultado cuidadosamente, vulnerando más de cincuenta normas de dicho Plan hasta hacerla totalmente ilegal.
“El informe -que será remitido antes del 1 de febrero a la Unesco para su consideración- señala que "la Torre Cajasol supone una marca excesiva, indudablemente negativa, sobre un territorio de transición que demanda una escala y configuración más atenta al diálogo con la ciudad histórica”.
Con respecto al argumento planteado por otro participante, el señor Queiro, la torre sería aceptable si se le quitaran diez metros de altura, no nos parece serio. Es el mismo arquitecto, que escribió en el Boletín de Bellas Artes, XXXVII, página 107, el siguiente texto que apoyamos en su totalidad:
Esperamos que les interese el debate. Porque, a pesar de lo que digan sus defensores, el futuro de la torre Cajasol está bastante oscuro: elecciones municipales y generales, crisis de financiación de la Caja, ventas posteriores de las carísimas oficinas, recursos legales, nueva reprimenda del Comité del Patrimonio Mundial y, no olvidemos, una cada vez mayor contestación popular a medida que la torre vaya subiendo y se vaya constatando su impacto sobre el paisaje histórico.“Pero lo que resultaría irreversible es el impacto sobre el paisaje urbano de la ciudad si se construye con 180 m. de altura. En el contexto internacional constituiría una altura modesta, pero en Sevilla y en ese punto de la ciudad, desde parámetros visuales o de paisaje urbano, podría calificarse como una contaminación visual.
Nos parece especialmente grave el impacto que producirá su contemplación desde una senda de observación tan transitada como el puente de San Telmo, al poder comparar la altura de la nueva torre con la histórica Torre del Oro, situada en primer término.
Fácilmente se puede pronosticar que la protesta actual localizada en ámbitos profesionales se trasladará a la ciudadanía durante el proceso de construcción, y aunque no se crea en el efecto visual negativo de la altura, el desgaste de imagen que sufrirá el proyecto justificaría suficientemente una rectificación del mismo.
Un reformado de proyecto pasaría, desde nuestro punto de vista, por reubicar la edificabilidad asignada, aumentando el podio y reduciendo la altura de la torre, minimizando de este modo el impacto visual sobre el paisaje urbano conformado por la ciudad histórica.”
2 comentarios:
Estos desprestigios de proyectos ilegales pasan por intentar hacer las cosas por huevos, sin el más mínimo consenso o acuerdo. Siempre se dijo que los grandes proyectos que promueve el partido socialista sirven para su financiación ilegal. Yo creo que estamos en esas: no pueden dar marcha atrás porque hay pasta por enmedio. Cualquier otra solución de proyecto más razonable, como Palmas Altas, significaría menos pasta al tener el edificio menos de 199 metros de altura. Vaya panda de sinverguenzas........
¿Qué hubiera pasado si hubieran contratado a Pelli PARA HACER UN BUEN PROYECTO, no un rascacielos? Pero claro, estos acomplejados no tendrían un pene de 200 metros de altura, a ver quién la tiene más larga......
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