La firmeza con la que Cajasol defiende la viabilidad económica del mastodonte de 180 metros que construye en Sevilla se enfrenta con la claridad meridiana con la que colectivos sociales, profesionales independientes y la propia ONU -a través de la Unesco- se oponen a ella desde hace dos años.
Este último organismo ya solicitó el pasado verano a España que paralizase la obra a la espera de recabar todos los datos para decidir de forma definitiva si afecta, y cómo lo haría, al conjunto Catedral-Archivo de Indias-Real Alcázar. Estos tres monumentos están declarados patrimonio de la humanidad por la Unesco, de ahí la vigilancia especial que aplica esta agencia de la ONU sobre ellos.
La pérdida de esa categoría supondría un durísimo golpe para el sector turístico de la ciudad y su imagen global. Icomos, organismo asesor de la Unesco, examinará este año de nuevo el caso (ya lo hizo en 2009 y 2010, cuando recomendó parar las obras) y podría tomar una decisión definitiva sobre si Sevilla debe o no permanecer en la lista de ciudades patrimonio de la humanidad.
Este mismo organismo fue el que empujó en 2008 al Ayuntamiento de Oviedo a anular la construcción de tres rascacielos de 113 metros proyectados por Santiago Calatrava, so pena de retirar a la capital asturiana de la lista de ciudades patrimonio.
La polémica en torno a esta obra faraónica no hubiera llegado tan lejos de no ser por la movilización de cientos de profesionales de diferentes colectivos. Más de 300 arquitectos, músicos, escritores o actores están agrupados en torno a la plataforma Sevilla sin Torre Pelli -y su activo blog-, mientras que la página NO a la torre Cajasol cuenta con otros 500 seguidores en Facebook.
Se da la circunstancia de que este tipo de colectivos sociales y ciudadanos son uno de los principales públicos potenciales a los que Banca Cívica quiere atraer como clientes a medios plazo, según explicó ayer en Madrid Enrique Goñi, copresidente del grupo.
Tampoco el grueso de los sevillanos parece apoyar el proyecto, según la encuesta del Centro Andaluz de Prospectiva conocida a inicios de este año. Este sondeo da a la Torre Cajasol un suspenso con una nota de 4,8 sobre 10.
La restauración de la Plaza de España, del arquitecto Aníbal González, recibe sin embargo la aprobación mayoritaria con una nota de más de 8. Toda una ducha de sentido común popular: los rascacielos, quizá mejor levantarlos en otro tipo de ciudades y, sobre todo, en otras coyunturas económicas más favorables.
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