miércoles, 24 de junio de 2009

LA TORRE PELLI Y EL PUERTO DE INDIAS





…...y de su hermoso Arenal solo se precia Sevilla,
que es octava
maravilla
y una plaza universal.

Lope de Vega



Fernando Mendoza
Entre los lugares de Sevilla dignos de orgullo el más destacado es el tramo del río con sus riberas, comprendido entre la Torre del Oro y el puente de Triana. Este espacio, que debería tener el reconocimiento de Lugar Patrimonio de la Humanidad, vio nacer el continente americano en su condición de Puerto de Indias, el único de la Península que tenía el monopolio del comercio ultramarino y donde recalaban periódicamente las flotas americanas para su carga y descarga. Actividad pulsante que envió a América toda una cultura y recibió otra a cambio durante un largo periodo, desde 1.503, fecha de fundación de la Casa de la Contratación hasta 1.717, fecha en que el monopolio americano se trasladó a Cádiz. Fueron más de doscientos años que alumbraron la América que conocemos, una auténtica gesta de la Humanidad, liderada por los españoles, que ensanchó con un nuevo continente el mundo conocido hasta entonces.

Precisamente, por ser un lugar clave en el imaginario colectivo, el Puerto de Indias se transformó en la “ fachada” de Sevilla . Entre los siglos XVI al XVIII la imagen de esta ciudad más significativa y repetida fue el puerto a donde llegaban las riquezas de las Indias, en una vista desde Triana presentando el Arenal y la flota oceánica, imagen que generó múltiples grabados en distintos países y contribuyó a cimentar la fama de la ciudad en Europa y América.

Sin embargo, nada de este esplendoroso pasado parece importar y no se conocen monumentos que se hayan hecho eco de ello a través del tiempo. Lamentablemente es Isla Mágica quien habla del Puerto de Indias ofreciendo una somera información correcta pero rentabilizada con la banalidad de un parque temático al uso, como tantos vimos en la Expo ´92. De los siete monumentos y esculturas que se encuentran en el ámbito espacial del Puerto de Indias, no hay ni uno solo que recuerde estos siglos y esta hazaña, dedicados como están a los consabidos toreros, cigarreras y cantaores. Sólo el extraordinario Monumento a la Tolerancia de Eduardo Chillida remite a conceptos universales, abstractos y espirituales.

Si nos situamos en el centro del puente de los Remedios observaremos el Puerto de Indias en su totalidad. Es un espacio de ochocientos metros de largo por trescientos de ancho que incluye la lámina del río, con Triana por el lado de Poniente y el Arenal de Sevilla por el de Levante, hoy formado por los paseos de Marqués de Contadero y de Colón. A pesar de su escasa superficie, apenas 24 hectáreas ¡cuánta vida, cuantas ilusiones e intercambios se han generado en este lugar a lo largo de la historia!
No podemos decir que la ciudad haya cuidado este espacio como se merece. Hasta el momento presente, en que parece que felizmente el Ayuntamiento va a tomar cartas en el asunto, el lado de Triana no está resuelto urbanísticamente en gran parte de su superficie. El primer tramo, más próximo a Los Remedios, está ocupado por grandes restaurantes, algunos de nueva construcción, que privatizan la ribera. En una parte intermedia de los bajos de la calle Betis el río no es accesible ya que está separado por jardincillos abandonados, cerrados por verjas, y algún edificio ruinoso. El último tramo, próximo al Puente de Triana, está definido por unos hermosos muelles donde se desembarcaba el pescado. Confiamos en que pronto se pueda conseguir un paseo público a lo largo de la calle Betis que permita disfrutar del río en su totalidad, como ocurre en la ribera opuesta.

En el lado de Sevilla, el paseo Marqués de Contadero resolvió en los años setenta el contacto del Paseo Colón con el Guadalquivir mediante un sistema de terrazas. La construcción de los dos edificios más recientes, la Previsión Española, de Rafael Moneo, del año 1.982, y el Teatro de la Maestranza, de Marín y Pozo, 1.987 - 1.991, solucionaron con solvencia y oficio la difícil tarea de encajar dos grandes volúmenes en un entorno tan sensible y delicado. Sin embargo la lámina de agua está ocupada, al lado de la torre del Oro, por catamaranes turísticos y pontones entoldados, desproporcionados respecto al entorno, que no mantienen las mínimas condiciones de dignidad y estética para ocupar este privilegiado espacio.

El cierre de perspectiva del Puerto de Indias hacia el nacimiento del río se mantuvo intacto hasta 1.993 , pudiéndose divisar incluso las colinas del Aljarafe. En este año el arquitecto Saénz de Oiza construyó un gran edificio cilíndrico, fuera de escala y proporción, que taponó la mencionada y bucólica perspectiva, y que alberga hoy varias Consejerías de la Junta de Andalucía. Este enorme y hermético edificio comenzó un proceso de deterioro visual y paisajístico del Puerto de Indias que lo rematará, si se construye, el rascacielos Cajasol. Con este edificio, también llamado Torre Pelli, de casi doscientos metros de altura, la delicada escala de los referentes arquitectónicos más singulares del Puerto de Indias, la torre del Oro, la plaza de toros de la Maestranza, la torre de Santa Ana, la calle Betis o el Puente de Triana, con su capilla del Carmen y el mercado del Barranco, se verían totalmente desprovistos de su escala urbana, como pequeños juguetes al lado del coloso.

La torre Pelli se me antoja nacida en gran parte del capricho de constituir el nuevo “icono” de Sevilla para superar la anticuada Giralda. Pero el intento es vano: Los “iconos” son elementos significativos, reconocidos por todos los ciudadanos en un proceso de consenso continuado en el tiempo. Así pues, y dado este objetivo primario, este rascacielos parece haber sido pensado al revés.
No parte de la lógica que generan estos altísimos edificios, o sea una acumulación de superficie edificable en altura para aprovechar al máximo un solar pequeño. Aquí es al contrario: Disponen de un enorme solar equivalente a cuatro campos de fútbol para una edificabilidad modesta pero en casi doscientos metros de altura. Cualquier posibilidad alternativa de varios edificios con cuatro o cinco plantas permitiría construir la superficie disponible autorizada, incluso contando con amplios terrenos para parques y jardines. Pero aquí lo importante no era una solución arquitectónica correcta y ajustada al entorno: la intención ha sido, desde el principio, “construir un rascacielos”, una idea pueril que no ha sido suficientemente sopesada y que se ha olvidado del “Convenio Europeo del Paisaje”, tratado internacional firmado por España, que debe impedir agresiones de este calibre contra los paisajes históricos.

Y que no hablen de “modernidad” del rascacielos Cajasol sus defensores, a no ser que sea más “moderno” estar dependiendo constantemente de los ascensores, tener que aguantar un atasco de tráfico cada vez que se entra o se sale del trabajo o pensar con ansiedad en el caos de evacuación que se produciría en caso de emergencia. Mi admirado y prestigioso arquitecto Norman Foster, Premio Príncipe de Asturias, que por supuesto ha construido varios y altísimos rascacielos, está ahora haciendo una reflexión sobre la arquitectura del futuro, con el proyecto que está realizando en Abu Dabi, la Ciudad Masdar, la auténtica modernidad. Un conjunto urbanístico para 50.000 personas que no consumirá una gota de petróleo, en el que todas las energías son renovables. El sistema de transporte estará basado en pequeños vehículos eléctricos que correrán sobre vías magnéticas. Las calles tienen poco más de tres metros de anchura para producir sombra, como en la Sevilla histórica, y terminan en plazoletas con fuentes y palmeras, proporcionando una imagen del Paraíso para los habitantes del desierto. Será un entorno urbano relajado y sin estrés. Los edificios tendrán, como máximo, cinco plantas de altura.

Esta visión del futuro es la contraria a la que propone la torre Pelli, que nace anticuada. Sevilla no construyó en su día estos mastodontes cuando estaban plenamente de moda, librándose de milagro. Si de lo que se trata ahora es de infundir modernidad y dinamismo a la ciudad, hagámoslo con los parámetros que apuntan la investigación contemporánea y las tecnologías de vanguardia, que son las que nos pueden justificar el gasto invertido, para conseguir conceptos como sostenibilidad, independencia energética, fluidez de contacto directo entre las personas, variedad urbana, comunicación con la naturaleza y seguridad y calidad en el trabajo.

Solicito públicamente que el Ayuntamiento y Cajasol paralicen las obras en curso y reconsideren este proyecto, que además ha sido rechazado por las organizaciones de Defensa del Patrimonio Histórico nacionales e internacionales. Rectificar es de sabios. Mejor hacerlo ahora que pasar por la vergüenza de que UNESCO retire a Sevilla los títulos de Patrimonio Mundial y que el Consejo de Europa meta a España en la lista de infractores en la defensa del paisaje.

¿Acaso el Ayuntamiento y Cajasol consideran fundamental el triunfo de haber sido los primeros en construir un rascacielos con doble altura que la Giralda, a pesar de destruir definitivamente las escalas y proporciones de Sevilla y el valle del Guadalquivir? ¡Qué irresponsabilidad! ¿Y después qué? Si ya se construyó un rascacielos la veda queda abierta a los siguientes, cada cual más alto que el anterior, en un proceso de “modernidad” del siglo XIX…….

Como se ha expuesto, existen soluciones alternativas más adecuadas y flexibles.

¿A tal punto de indiferencia y barbarie hemos llegado que la preservación de un lugar histórico fundamental en la Historia de la Humanidad, como es el Puerto de Indias, se puede sacrificar por un rascacielos vulgar y desfasado?

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Todo esto son chorradas ¿Para qué sirve un Puerto de Indias? Pa ná. Mejor una torre pa que se forre Cajasol y Ayesa.

Anónimo dijo...

menuda manipulacion de montaje que habeis hecho. para que fueran reales la torre tendria que multiplicar sus dimensiones varias veces.

la del puente triana....parece que la torre esta en el mismo altozano. deberiais aprender un poco de trigonometria y hacer unas cuantas de medidas. ya la del puerto de indias....en fin, imagenes de hace siglos. podriais haber puesto alguna de cuando sevilla empezo a construirse. que demagogia!!!!

Anónimo dijo...

Si no estás de acuerdo, haz tu nuevos fotomontajes. La realidad será peor que el peor de los montajes.

Anónimo dijo...

no es que no este de acuerdo, es que sencillamente las imagenes son una farsa. tomando unas simples medidas y haciendo caso a unas sencilla leyes matematicas, ciencia exacta, se llegarian a resultados objetivos sobre las proporciones de la torre.

pero claro, esos resultados no servirian para manipular la opinion de la gente porque la realidad es que la torre es mucho mas pequeña de lo que la habeis pintado ahi

Anónimo dijo...

Las proporciones de la torre son infumables, con manipulación o sin ella. Aquí no hay maquillaje que valga.

Anónimo dijo...

A mi lo que me mosquea es que ni Cajasol ni el Ayuntamiento hayan hecho NINGUN fotomontaje. ¿O es que estan acojonaos de lo que puede salir? Algunos decís que los fotomontajes están mal. Es posible, hacerlos mejor. Aún así no hay quien esconda el paquete de la torre Pelli.

Anónimo dijo...

me parece de puta madre que construyan todo tipo de edificios incluido este, los rascacielos dan grandeza a la ciudad y deberían construir muchos más, de todas las ciudades que he visitao por america y europa siempre se me ha quedado en la mente la de los rascacielos antes que cualquier otra. Ya tenemos mu visto lo de siempre, vamos a hacer cosas guapas

Anónimo dijo...

Con gente como los que haceis este blog, nunca avanzaremos, llegara el dia que nos tengamos que vestir de bandoleros y de flamencas para no perder el espiritu de la ciudad, esto es increible!! deberian de construir una no, sino 10 torres como esas, eso significaria que la economia crece adecuadamente y ademas crearia miles de puestos de trabajo, menos quejarse y mendigar, y mas trabajar!!

Anónimo dijo...

Que fácil resulta engañar a la gente con fotos como esta...
Lo mismo se quejaron los parisinos de la torre Eiffel cuando se fue a construir en París en el siglo XIX... no digo que la torre de César Pelli se vaya a convertir en un edificio emblemático de la cuidad como lo es la torre de la capital francesa, pero puede convivir perfectamente con el patrimonio arquitectónico de nuestra cuidad y complementarse con ella.
"La city" en Londres es una zona llega de edificios altisimos y arquitectura contemporáneoa (y lo que queda que hagan allí) y en cambio no afecta en absoluto al centro histórico y cultural de la cuidad...
Lo mismo ocurre con el barrio de La Défense en París...

Yo estaría en contra de la construcción de la torre si afectase al patrimonio de la cuidad, pero por favor... esta muy lejos del centro histórico y además está situada en la cartuja, uno de los mayores parques tecnológicos de España...

Dejemos de engañar a los cuidadano y pensemos un poco con la cabeza...
Saludos
Javi