lunes, 11 de mayo de 2009

LA TORRE PELLI NO ES UN SÍMBOLO DE LA MODERNIDAD

SEVILLANO QUE CUENTAN
Juan Miguel Vega / El Mundo Edición de Sevilla
Más de trescientas personas de todo el mundo se han adherido ya a su manifiesto contra la torre del arquitecto Cesar Pelli que Cajasol pretende levantar en la Cartuja. Las objeciones que plantea al proyecto están avaladas por casi cuarenta años de trayectoria profesional, los que lleva ejerciendo Fernando Mendoza Castell (Valencia, 1947) en Sevilla desde que obtuviera la licenciatura en la Escuela de Arquitectura. Una trayectoria vinculada al concepto progresista que establece como premisa para construir la modernidad el preservar la herencia del pasado. Redactor de la delimitación del Conjunto Histórico de Sevilla, lleva veinte años como conservador de la iglesia del Salvador, de cuya ejemplar restauración ha sido el principal responsable.

¿Cuándo y por qué decidió redactar un manifiesto contra la torre Pelli?
La torre nace como un acto de prepotencia, un icono de no sé qué. Aquí estuvo César Pelli y dijo bastantes majaderías, no tenía ni idea de dónde estaba la ciudad. De hecho, si se busca en su página Web verá que la torre está en Nueva York. Hace unos meses, el Colegio de Arquitectos nos invitó a una mesa redonda a Antonio Saseta, José Núñez y a mí y los tres coincidimos en criticar totalmente el proyecto. Después de aquello pensé que la torre estaba muerta, porque el momento es tan malo que no tiene ningún sentido meterse en una operación de quinientos millones de euros sin una garantía de que eso se vaya a ocupar.

Cajasol asegura que el lleno de la torre está garantizado.
Si, ha salido diciendo que tiene muchas empresas para ocupar la torre; sus filiales, naturalmente, y también que la Gerencia de Urbanismo se iba a desplazar en masa a ella para apuntalarla. La Gerencia tiene 500 trabajadores que ahora trabajan en un desarrollo horizontal y pasarán a un desarrollo vertical: imagínese las colas que se formarán en los ascensores. Eso sería un autentico disparate y, además, delata un problema más grave aún. Si la torre no tiene mercado, la tendencia es llenarla de funcionarios públicos, pagándola con el dinero de los contribuyentes y eso se llama malversación de fondos públicos.

¿Estaría dispuesto a llevar su protesta hasta los tribunales?
Por supuesto que los firmantes del manifiesto denunciaríamos eso donde hiciera falta, porque no puedes comprar un edificio para una oficina pública diez veces más caro de lo que vale en el mercado normal; y más con los miles de metros cuadrados que ahora hay vacios. Aunque en realidad, creo que eso fue una huida hacia delante, Cajasol no está en condiciones de acometes este proyecto porque, como todas las cajas, tiene problemas.

Sin embargo, en el solar ya han comenzado las obras.
Las cosas que se ha empezado a hacer en el solar no me las creo mucho. De todas maneras esto hay que pararlo como sea y ya hay más de 300 personas que se han adherido al manifiesto.

Que alguien levante la voz es una noticia en la Sevilla actual.
En los años setenta, pleno franquismo, comenzamos a poner pié en pared contra una serie de abusos y de aberraciones arquitectónicas que se pretendían hacen en la ciudad, como gigantesco centro comercial en el Prado, hacer cuarenta mil viviendas en la Cartuja, derribar el Convento del Carmen, donde hoy está el Conservatorio, tirar el puente de Triana… la ciudad que conocemos hoy es la que de alguna manera propiciamos cuando teníamos 20 años. Y ahora con 60 no nos vamos a quedar callados, porque es exactamente la misma actitud de aquella época. O sea, los que protestamos somos elitistas que perseguimos intereses ocultos; intereses ocultos no, que no queremos que se construyan rascacielos en Sevilla.

¿Por qué no?
No es porque no nos gusten; nos pueden gustar a nivel estético y podemos admitir que sus arquitectos son buenos, sino porque es una tipología que no es adecuada ni a este clima, ni a la ciudad, ni a su declaración como Bien Patrimonio de la Humanidad.

¿No le da la impresión de que antes, a pesar de la dictadura, había más valor que ahora para criticar?
Hay mucha pasividad, la gente no se quiere enfrentar al poder. Ahora hay una colisión de intereses entre el Ayuntamiento y Cajasol, con lo cual lo que no controlan por un lado lo controlan por otro, es una especie de conspiración de silencio. Además, esta gente está sobrada, no admite las más mínima crítica.

¿Se ha llevado muchas decepciones al pedir firmas?
Hombre, no es obligatorio, pero hay mucha gente que me dice estoy contigo, pero no voy a firmar el Manifiesto. Todo arquitecto tiene la idea mítica de que alguna vez te encargarán mil viviendas o alguna historia gigantesca; eso al final nunca pasa, pero es bueno que la gente tenga sueños. Los más pasivos son los más jóvenes, una cosa que en nuestra generación era justo al revés.

El Ayuntamiento ha cortado la calle Asunción a pesar de la oposición de diez mil firmas, ¿trecientas lograran para la torre Pelli?
Estoy seguro de que el Ayuntamiento esa lista ni la mira, pero creemos en las instituciones, estamos escribiendo a todas las instancias nacionales e internacionales que tienen algo que ver. Porque no es un problema de que te guste más o menos o que piense que es un símbolo de la modernidad, que no lo es. Es que la torre es ilegal por que incumple el Convenio Europeo del Paisaje.

¿En qué exactamente?
El Convenio Europeo del Paisaje, que está suscrito por España, dice que los elementos singulares descollantes en una ciudad histórico tienen que estar reconocidos y protegidos jurídicamente, y el paisaje de Triana del que aquí estamos hablando es un paisaje que está configurado desde el siglo XV. A lo que no estamos dedicando es a contactar con organizaciones importantes, la Unesco, el Consejo de Europa, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea.

¿ También la Agencia Estatal de Seguridad Aérea?
Si, porque la torre presenta problemas para el tráfico aéreo en la entrada desde el Aljarafe, porqué supera en casi 100 metros la altura de la colina del Aljarafe y está muy pegada al cono de aproximación, por lo que en temas de aterrizajes de emergencia o falta de visibilidad podría crear problemas muy graves. Alguien debe decir algo sobre una cosa hecha fuera de consenso y con falta de integración en la ciudad.

¿Sólo el tráfico aéreo se verá afectado por la torre?
Lo de la circulación rodada será también una locura, pero no hemos querido entrar ahí porque ese no es el tema ya que el Ayuntamiento siempre podrá decir que hará las líneas 2 y 4 del metro y una red gigantesca de autopista. Lo que no se puede hacer es lesionar el paisaje histórico de una ciudad y destrozar la escala de Sevilla que única.

¿Entonces no es cierto que esa torre será icono de la modernidad?
Es que aquí parten de una interpretación cateta del término modernidad. Las torres tienen más de cien años, nacen a finales siglo XIX con el incendio de Chicago y la invención del ascensor. La torres de modernas nada. Además, son unos chismes que están totalmente desacreditados después del 11 de septiembre. Lo de la modernidad es un invento absoluto. Son grandes consumidores de energía, su clima es artificial, hay gente que no soporta la altura, tienen vibraciones a partir de cierta altura con prácticamente nada y luego está el problema de la evacuación, que no está garantizada. Son trampas mortales.

¿Qué reflexión le produce que mientras los políticos se empeñan en construir la torre Pelli, Santa Catalina, siga sin restaurarse?
Me parece surrealista, absolutamente surrealista. Algo completamente incomprensible.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Recuerdo que la Iglesia Católica también mandó a la hoguera a aquellos que amaban la ciencia y la modernidad. Es mejor anclarnos en el pasado y bastante hay ya con aceptar la modernidad del rebujito de feria (fuera la manzanilla y el fino)y la presencia de mujeres en algunas hermandades sevillanas. Podríamos reconstruir el castillo de San Jorge y el quemadero de Tablada (el Prado ya quedaría mal). Le deseo mucha salud pero que no tenga suerte en esta su cruzada.
Un cordial saludo de un sevillano anónimo.

Anónimo dijo...

Unas cuantas perlas que demuestran el nivel intelectual de este Sr.:

"La Gerencia tiene 500 trabajadores que ahora trabajan en un desarrollo horizontal y pasarán a un desarrollo vertical: imagínese las colas que se formarán en los ascensores."
Esto lo dice vd. bromeando, ¿verdad? Se nota que no ha viajado vd. mucho y, desde luego, que no ha vivido o trabajado en un rascacielos. ¿Acaso cree vd. que estas torres tienen un único ascensor que para en cada planta? Créame, estos problemas hace un siglo que se resolvieron, como vd. bien reconoce al colocar el origen de los primeros rascacielos a finales del XIX.

"Los más pasivos son los más jóvenes, una cosa que en nuestra generación era justo al revés."
También muchos jóvenes están a favor de la torre. Si son más o menos que los que están en contra no lo se, aunque las estadísticas que circulan parecen decir que son más los pro que los anti-torre. Lo que sí que puedo asegurarle es que muchos de mi generación estamos ya hartos de las generalizaciones sobre nosotros que los de su generación hace. Que si luchamos contra el franquismo, que si os lo hemos puesto todo en bandeja. Me gustaría haber visto a muchos de los suyos "en lucha". Lucha que por cierto, no tuvo mucho éxito, aunque no seré yo quien les eche eso en cara.

"Si, porque la torre presenta problemas para el tráfico aéreo en la entrada desde el Aljarafe, porqué supera en casi 100 metros la altura de la colina del Aljarafe y está muy pegada al cono de aproximación"
Este es otro chiste como el de los ascensores sobre el que no voy a comentar nada más.

"Es que aquí parten de una interpretación cateta del término modernidad."
Tal vez tenga razón, pero me gustaría conocer qué interpretación hace vd. del término. Y de paso, saber qué opina del proyecto de la biblioteca del Prado y del Metropol/Parasol. Más que nada para que nos aclare si su concepto de la "modernidad bien entendida" pasa porque Sevilla sea un parque temático del siglo XVI en el que no cabe otra cosa.

"son unos chismes que están totalmente desacreditados después del 11 de septiembre."
Asumo que esta es otra adición al elenco de chistes.

"Son grandes consumidores de energía, su clima es artificial"
Esta sería la opinión predominante cuando vd. estudió. Hoy en día se encontrará con muchos ejemplos que corrigen esta afirmación. En general, depende del proyecto. En Sevilla, todos los edificios tienen clima artificial, sobre todo en verano. El impacto ambiental relativo de un sistema de torres de refrigeración en lo alto de un rascacielos puede ser menor que el de una superficie equivalente en número de personas a la capacidad del rascacielos con construcción a dos o tres alturas, con aparatos de aire acondicionado enfriando el interior a costa de calentar el exterior a nivel de la calle. La ciencia avanza que es una barbaridad.

"Tienen vibraciones a partir de cierta altura con prácticamente nada y luego está el problema de la evacuación, que no está garantizada. Son trampas mortales."
Otro chiste más sobre el que sobran comentarios. Le recomiendo que haga vd. un viaje a Chicago, ciudad que como arquitecto que es le resultará interesantísima, y suba al piso 96 de la Torre Hancock a tomar una copa de vino disfrutando de la maravillosa vista. Y a su regreso me cuenta vd. qué tal las vibraciones y las colas en los ascensores.

De todas formas, nadie va a obligarle a vivir a vd. en la torre Cajasol, no se preocupe por eso.

Anónimo dijo...

Hola,

En primer lugar considero que "modernidad" no es igual a "un rascacielos", de hecho, como Vega comenta, mucha gente piensa que los rascacielos ya no están de moda, ni son síntoma de modernidad, sino más bien se trató de un "Boom" del siglo XX. Yo pienso que la modernidad es otra cosa, es sostenibilidad, ecologismo, equilibrio y respeto al entorno. Un plan de infraestructuras estratégicamente diseñado para ser sostenible y respetuoso y que tenga en cuenta las diferentes circunstancias y consecuencias sobre el entorno: un plan de aparcamiento que contemple las necesidades de los ciudadanos, alturas de edificios que respeten el entorno paisajístico...eso me parece modernidad. Sevilla dispone de algunos planes que se pueden considerar "modernos" siendo fiel a esta concepción de modernidad. El carril bici, la peatonalización de gran parte del centro, el metro, la utilización de energías limpias como las placas solares, la alta velocidad, la restauración de patrimonio arquitectónico en mal estado...eso es para mí avanzar; sostenibilidad, modernidad, vanguardia y en definitiva actuaciones pensadas por y para el ciudadano, para su calidad de vida y para la de los que, por mayor o menor tiempo, visitan la ciudad. Pero, ¿que una torre descomunal fruto de la especulación financiera de un banco sea emblema de la modernidad? Eso es emblema del capitalismo agresivo, de la ambición especulativa… y si por algo se caracteriza Sevilla es por el capital humano, social, histórico, artístico, cultural…valores que poco tienen que ver con un rascacielos horrible que se verá desde un entorno tan emblemático como Triana. Sí, Sevilla seguirá siendo Sevilla, maravillosa, nada cambiará, porque ya pueden venir rascacielos que el encanto de Sevilla no se agota así como así, pero sinceramente, la construcción de este rascacielos puede ser el inicio de un proceso que lleve a una ciudad a transformarse hasta un punto que puede perder su identidad, una identidad tan fuerte y una personalidad tan marcada que ha llegado a enamorar a “forasteros” como yo, un valenciano que fue a Sevilla hace unos años y se quedó prendido de ella.
En definitiva, pienso que una ciudad moderna es aquella que está pensada para el ciudadano, que sabe apreciar y cuidar su legado artístico y cultural. Y francamente, no sé qué puede aportar la Torre Pelli en esos aspectos a los sevillanos. ¿Modernidad? Sí, es necesaria. ¿Progresismo? Sí, es necesario. ¿Un rascacielos de 180 metros en una ciudad como Sevilla? No veo que haya necesidad de un rascacielos para ser modernos. Podemos modernizamos de muchas otras formas, formas que a lo mejor encajan mejor con las necesidades de los ciudadanos y respetan la identidad, el patrimonio y el paisaje.

Anónimo dijo...

Uhmm, estos abuelos deben dedicarse más a pasear y engreir a sus nietos antes de realizar cruzadas pantagruelicas.

Saludos

José Carlos